Continuando con el artículo anterior en el que se exponían las tres primeras partes de la creación de una planificación, se detallan ahora las que completan el círculo de cuestiones con las que dar el primer paso para organizar la temporada de un deportista.

4. Puntos fuertes y limitantes.

Gracias a plataformas como TrainingPeaks es posible el análisis detallado del historial deportivo de cada deportista mediante el estudio de infinidad de los gráficos y tablas que lo representan numéricamente.

Esta información permite saber con precisión qué puntos fuertes y qué variables ha de mejorar el deportista por lo que esta es la parte del proceso de planificación en la que se comienza a tener una perspectiva real de la distancia entre el nivel actual y el nivel a alcanzar para conseguir los objetivos planteados.

Dentro de ese conjunto de datos, dos que interesan especialmente y que el entrenador ha de valorar de forma principal son:

La reserva actual de adaptación, esto es, el margen de mejora de ese deportista durante la temporada que ahora se está planificando.

La reserva total de adaptación, esto es, el margen de mejora que ese deportista puede llegar a tener en toda su carrera deportiva, sea profesional o amateur.

5. Modelos de planificación: el macrociclo.

Conociendo las características del deportista, las características de la competición, tiempo que resta hasta ella y el margen a mejorar en el deportista hasta llegar al nivel de rendimiento que necesita para lograr el objetivo ya se puede elegir entre uno de los múltiples modelos de planificación que en la actualidad existen o, en caso de que un entrenador tenga el nivel suficiente y la experiencia que lo avala, puede incluso crear una planificación totalmente individualizada para su deportista en caso de que las ya existentes no se ajusten al 100% a las necesidades de éste.

Habitualmente, en deportistas de una menor experiencia se debe de aplicar un modelo donde las cargas se centren principalmente en una evolución progresiva del volumen (duración y frecuencia) de los estímulos ya que con ello se lograrán mejoras al mismo tiempo que se conseguirá una base de entrenamiento suficiente como para pasar posteriormente a fase donde intensidades más elevadas sean el objetivo central.

En deportistas con una larga experiencia de varios años las planificaciones deben de estar enfocadas a la calidad de su entrenamiento, donde el foco se ha de colocar en la intensidad de los estímulos y la especificidad de las cargas.

Con deportistas de élite tanto el volumen del entrenamiento como la intensidad del mismo son factores que han de ser llevados a cotas máximas para alcanzar el rendimiento que se le exige a un profesional.

6. La primera división de la temporada: mesociclos.

La variedad de los estímulos y el incremento progresivo de las cargas son dos de las cuestiones que definen el tipo de mesociclos que se planifican, donde cada uno de esos bloques debe de tener varios objetivos a alcanzar para que, llegada la competición, el proceso haya sido el ideal para afrontarla.De forma general, en la mayoría de planificaciones se establecen dos grandes partes a lo largo de la temporada (que engloban a varios mesociclos en cada una de ellas). Por un lado, aquellos bloques iniciales (también llamados mesociclos inespecíficos o de base) que tienen como objetivo primordial que el deportista prepare a su organismo para los meses posteriores de entrenamiento específico (más exigentes y similares a la competición) con el que se crearán las condiciones adecuadas para afrontar el gran objetivo de la temporada.

Esto es, en primer lugar se “entrena para entrenar” para posteriormente “entrenar para competir”. Una variante que requiere que esta dinámica sea adaptada la suponen aquellas competiciones que se prolongan durante varios meses con periodos de tiempo cortos entre ellas. Por ejemplo, las pruebas puntuables en el triatlón olímpico y sprint y en el ciclismo de ruta, de btt y de ciclocross, que tienen un calendario de eventos con múltiples competiciones en una temporada y donde se han de ir sumando puntos para lograr la mejor clasificación. En este caso, la forma de ver la planificación requiere de tres variantes: 1- que se ha de lograr en varias ocasiones el equilibrio entre las cargas inespecíficas y específicas para estar varias veces en puntos de forma altos en distintas competiciones; 2- que las propias competiciones principales son momentos perfectos para preparar las siguientes pruebas del calendario; 3- que se ha de saber estudiar tácticamente la temporada para obtener el máximo de puntuación en los momentos en los que el deportista tiene mayor ventaja por las condiciones de la prueba, al tiempo que se equilibran esos momentos álgidos con otros en los que los rivales pueden tener condiciones favorables.

Finalmente, en la tercera parte de este artículo, en la próxima entrega, analizaremos la forma en la que la fuerza, la nutrición y el estilo del entrenador contribuyen a crear la mejor planificación de la temporada.