Cualquier deportista firmaría que se le ofreciese la posibilidad de llegar a la parte final de una competición con más energía y, gracias a ello, lograr una mejora en su marca personal. Ese deseo, para alcanzarse, además de entrenar correctamente, depende fundamental y directamente de dos variables íntimamente unidas: desarrollar la táctica de competición a la perfección y tener unos abundantes depósitos de glucógeno.
El primero de los dos condicionantes radica en saber ejecutar en el día “D” y a la hora “H”, en base a un plan bien trazado, una táctica que se ha de ir preparando con paciencia y en base a datos específicos que se han de saber manejar cuando el deportista llega a colocarse en la línea de salida.
E íntimamente ligado con ello, y también basándose en la palabra paciencia, está el incremento de los depósitos de la energía fundamental para que el rendimiento llegue a su máximo nivel: los hidratos de carbono.
Procedentes directamente de los alimentos, los tres nutrientes que el organismo puede utilizar como energía son los carbohidratos, las grasas y las proteínas. Estas últimas, aunque importantes, juegan un papel secundario a la hora de contraer y relajar la musculatura.
Así, el mayor protagonismo lo adquieren los dos primeros, si bien entre ellos se establece una diferencia clave: las grasas son la fuente energética principal que el organismo utiliza durante esfuerzos de baja intensidad, mientras que los carbohidratos adquieren la máxima relevancia cuando la intensidad aumenta y, por otro lado, cuando se quiere mantener esta durante horas y horas, como en cualquier prueba de resistencia. En definitiva, energía diesel y energía súper (respectivamente) para los músculos.
Quede claro también que ningún aporte de energía es exclusivo. Esto es, no existen los esfuerzos realizados utilizando únicamente grasas o carbohidratos. Siempre se trata de una combinación de ambos. La diferencia estriba en la participación principal de uno sobre el otro en función de la intensidad mantenida.
Además, otra diferencia distingue a ambos nutrientes, y es ahí donde radica el motivo para que las reservas de hidratos de carbono deban de ser incrementadas de manera gradual durante la vida deportiva, durante años: mientras las reservas de grasa son prácticamente inagotables (incluso en el caso de deportistas de élite, rondando cifras bajas próximas al 5-7% de grasa corporal), las reservas de hidratos de carbono (científicamente denominadas “glucógeno”) disponen de cantidades mucho más reducidas de almacenamiento, motivo por el que la necesidad de recarga es una prioridad diaria, de manera que esos depósitos crezcan mes a mes, año tras año.
Por ello, independientemente de la intensidad a la que se entrene o se compita, siempre los depósitos de carbohidratos se van agotando paulatinamente. Claro está que, a mayor intensidad del esfuerzo o mayor tiempo de actividad, mayor será también el vaciado de los depósitos de glucógeno en la musculatura y en el hígado (los dos principales lugares de almacenamiento).
El problema de este descenso de la energía “súper” conforme van pasando las horas, deriva en una imposibilidad para mantener los ritmos deseados de esfuerzo, justamente lo que todo deportista quiere, aunque pasen horas y horas desde que tomó la salida. Y claro está, si debido a ese descenso de las reservas de glucógeno, la práctica totalidad de la energía viene de las grasas (la gasolina “diesel”), las posibilidades de nadar, pedalear o correr a ritmos medios o altos se desvanece por completo.
Si nos fijamos en las pautas habituales de nutrición de deportistas de alto nivel, observaremos que, por ejemplo, los keniatas maratonianos se basan en ingestas diarias de hidratos de carbono importantes, así como ciclistas que compiten en el Tour de Francia. El arroz, las patatas, la quinoa, la pasta, la avena y las frutas, entre otros, forman parte esencial de los platos necesarios a la hora de reponer las reservas de manera constante, única forma que ha sido demostrada científicamente en numerosas ocasiones, para pasar de las reservas de glucógeno muscular de una persona sedentaria, al doble de esa cantidad en deportistas profesionales.
En definitiva, asegurar que el gasto de los “reducidos” depósitos de carbohidratos que cada día conlleva el entrenamiento o la competición, esté compensado por un rellenado de esos niveles de glucógeno, garantizará la posibilidad de mantener la intensidad deseada en todo momento.
De lo contrario, si el deportista se basa en otras propuestas que no han sido suficientemente contrastadas ni validadas científicamente, priorizando en la ingesta de otros nutrientes, las luces de alarma se encenderán cuando se sumen gran cantidad de kilómetros, ya que, sin grandes reservas de hidratos de carbono, cuando se vayan agotando, solo quedarán las grasas para mantener la intensidad, algo que lleva ineludiblemente a tener que bajar el ritmo, a reducir la intensidad, a perder tiempo.
Por lo tanto, de forma diaria, a través de los alimentos ricos en energía “súper”, sigue manteniendo a los hidratos de carbono como el oro que todo deportista necesita.
Artículo muy interesante, pues refleja claramente las bases sobre las que debe asentarse la alimentación de un deportista de fondo.
Muchas gracias José Ramón
¡Gracias por tus palabras, Fernando!
Me alegro de que el artículo te haya sido de utilidad. Es cierto que da las pinceladas clave para que la nutrición del fondista se alinee de manera saludable y compatible con la mejora del rendimiento.
Un abrazo y… ¡salud!
Aloha!
JO:SE:RRA
Es bueno entrenar en ayunas??
Si es así, cuando se va a competir deberíamos de ir en ayunas también??
Ascensión, gran cuestión. Te explico.
Entrenar en ayunas debe de ser una práctica reservada a algunos momentos de la temporada y siempre debe de ser realizada en combinación con sesiones de baja intensidad y duración corta/moderada. De esa forma, obtendrás los mayores beneficios de esa práctica.
Por otra parte, en relación a tu otra consulta, jamás debes de competir en ayunas, ya que es fundamental que llegues a la línea de salida con los depósitos de glucógeno en óptimo estado y la glucemia en niveles ideales. De lo contrario, no lograrás obtener tu mayor rendimiento, dada la incapacidad para realizar un esfuerzo de la máxima calidad, como es el que se requiere en cualquier competición.
Espero haberte ayudado con mi respuesta y gracias por tu consulta.
Un saludo.
Aloha!
JO:SE:RRA
Buenos días Joserra , Entonce a comer más patatas , arroz , pasta , avena , frutas . Lo que hay que saber son las cantidades , que debes consumir . Por ejemplo en mi caso no me gusta aumentar de peso y para que eso no suceda debo de estar en una actividad física grandísima …. salgo y corro 14 kms suave antes de irme a correr en la
Mañana me peso y cuando llego me peso de nuevo con la sorpresa de ver el peso 1 kilo 100 menos , que es eso que perdí agua ? Al día siguiente el peso sigue igual o incluso 300 gramos menos . A mi los temas de alimentación y la manera correcta de alimentarme me interesan mucho .. gracias por todo lo que nos aportas días a días . Saludos . Joaka
Joaka: gran cuestión.
En efecto, tras una sesión larga de carrera a pie (y más si le añadimos calor o humedad elevados), es normal que puedas haber perdido ese peso, si bien habrá sido, en un porcentaje casi total, en forma de agua. Por ese motivo, al día siguiente lo habrás recuperado, en caso de haberte hidratado bien.
Para mantener el peso óptimo y al mismo tiempo, tu rendimiento, la clave está en conseguir un buen balance entre la ingesta calórica, donde la calidad y cantidad de cada nutriente es clave, y la pérdida calórica. Escuchar a tu organismo, variar los alimentos, elegirlos correctamente en función del momento del día y en relación a la fase del entrenamiento realizado, hacen que logres un equilibrio ideal entre tu peso y tu rendimiento.
¡Gracias por leerme, Joaka!
Sigamos aprendiendo.
Saludos.
Aloha!
JO:SE:RRA
Gran explicación Joserra, es clave su ingesta en las competiciones, y también que el cuerpo aprenda en los entrenamientos a asimilarlos (me costó aceptar los geles pero ahora los entrenamientos claves son con ellos). Idea para otro post, podrías hablar de cuantos gr/kg, hidratación, barritas etc en competición.
Aloha¡¡
¡Fantástico, Roberto!
Es un muy buen tema para tratar en próximas entradas. Además, se torna clave para acertar con la cantidad de HC que es necesaria en cada deportista, en cada entrenamiento/competición, etc.
¡Sigamos evolucionando!
Un gran abrazo.
Aloha!
JO:SE:RRA
Nada mejor que una buena pizza casera despues de un buen entrenamiento para mantener bien esos depósitos de Super! Gracias Joserra por compartir tus conocimientos con el resto
¡En efecto, Michelle!
Una pizza hecha en casa con buenos ingredientes, un plato de pasta de calidad, un buen arroz o un sencillo puré de patatas caseras, son ingredientes con los que, después de la exigencia del entrenamiento, el organismo va a mejorar su rendimiento gracias a acumular mayores depósitos de energía «súper», mayores depósitos de glucógeno.
Así que… ¡sigamos disfrutando de todo lo bueno que tiene entrenar! Por ejemplo… disfrutar tanto de comer saludable.
¡Gracias a ti por tener la inquietud de querer aprender!
Aloha!
JO:SE:RRA