Kilómetros y más kilómetros. Esa era la receta que en la década de los ochenta seguían la mayoría de deportistas de resistencia. La convicción era que cuantas más horas de entrenamiento, más rendimiento obtenía el deportista. Había que soportar a la fatiga, había que sumar y sumar, cuanto más mejor.
Una mañana, los profesionales que preparaban el IRONMAN se despertaron con la noticia de que en el ciclismo se había comenzado a utilizar un aparato que medía algo más que la frecuencia cardiaca (el gran referente de aquella época). Se trataba de un aparato que medía… la potencia.
Aquel fue el inicio del cambio, aquel artilugio traía consigo la posibilidad de comenzar a entrenar de forma diferente, controlando más atentamente la calidad (intensidad) de los estímulos y dejando la cantidad (volumen: frecuencia unida a duración) en segundo plano. Desde esos años ochenta hasta hoy, el potenciómetro ha aportado ciencia, precisión y optimización del rendimiento de cualquier deportista que entrena y compite aprovechando la multitud de datos que lanza en cada sesión y en cada prueba.
La historia se repite y ahora estamos viviendo el momento en el que otro gran avance trae la posibilidad de orientar cada carga hacia la calidad antes que hacia la cantidad. En esta ocasión el potenciómetro llega para… la carrera a pie.
Si bien es un nuevo producto, trae consigo una gran ventaja: la ciencia que se ha ido desarrollando en torno a la medición de la potencia en la bicicleta es aplicable en su mayoría al potenciómetro para correr. ¡Gran noticia! Valores como el TSS, CP, NP, AP, IF, RP, VI, EF, Pw:HR, Pa:HR, Pw:Pa, etc. ya se pueden interpretar de forma precisa en cualquier atleta optimizando así su rendimiento.
En competiciones como el IRONMAN, este paso supone un avance extraordinario ya que la gran incógnita a la que todo triatleta se enfrenta tiene que ver con la intensidad a la que puede correr los 42km. Ahora, con el potenciómetro, entrenar de forma óptima para mejorar el rendimiento y conocer los vatios a generar cuando deba de completar el maratón, ya es una realidad que nos lleva hacia el futuro, un futuro en el que los récords personales irán siendo superados conforme este avance pase a ser parte fundamental de la preparación de un triatleta.
Y para comenzar con datos (que iremos ampliando en próximas entradas del blog), uno esencial: ya conocemos la diferencia máxima que debe de haber entre la potencia con la que se cubren los dos primeros kilómetros del maratón (sola o en un IRONMAN) y la potencia normalizada en los 42km. Por lo tanto, ya podemos entrenar a cada deportista de forma precisa para que desde el primer kilómetro sepa exactamente los vatios que debe de generar para completar su mejor carrera a pie.
Más datos como la potencia relativa (vatios relacionados con el peso corporal) son esenciales para controlar no sólo las cargas de entrenamiento sino también para planificar y controlar el asesoramiento nutricional que todo deportista debe de seguir para alcanzar su máximo nivel.
El futuro ya está aquí: aquellos que entrenan con un potenciómetro tendrán la ventaja de planificar perfectamente, desde ya, cada paso.
Realmente, nos espera un futuro apasionante.
En efecto Javi, los que desean entrenar de forma completamente personalizada, conociéndose al mismo tiempo que aprovechan los avances científicos (como el potenciómetro para la carrera a pie) pueden sonreír porque el futuro ya está aquí para ellos.
¡Gracias por tus palabras!
Javi: estás en lo cierto.
El potenciómetro es fantástico ya que permite que el deportista se conozca mucho mejor y que su entrenador pueda saber de él o ella mucho más de lo que hasta ahora podíamos conocer, abriendo además la puerta a una planificación completamente personalizada en la que la creatividad de ese entrenador no tiene límites ya que puede llegar a conocer cada detalle de la fisiología del deportista y con ello a planificar su entrenamiento con total precisión, uniendo también a esa ecuación que la planificación de la nutrición puede sacar también ventaja de ese gran conocimiento que nos aporta medir los vatios (y todas las variables que se desprenden de ellos).
En definitiva: apasionante mundo en el que tenemos mucho que avanzar, aprender y descubrir.
¡Gracias por leerme!
Que buen artículo. Tenemos que empezar a cambiar cantidad por calidad.
En efecto Rafa.
El potenciómetro nos abre la puerta a planificar el entrenamiento desde el punto de vista de la calidad máxima y de la total individualización de las cargas. Además, en el caso del potenciómetro para la carrera a pie nos aprovechamos de toda la ciencia que durante treinta años nos ha venido aportando el potenciómetro para el ciclismo, que nació allá por los años ochenta y que desde entonces ha demostrado una y otra vez que es la precisión absoluta.
Así pues, como bien dices: vamos a por la calidad. ¡Continuemos creciendo!
Entreno con potenciometro tanto en bici y como corriendo, en la bici me he acostumbrado rápidamente, pero en la carrera a pie me está costando mucho más, de hecho, al final los datos que salen solo son para ti… a ver si me pongo las pilas con el tema.
¡Gracias por tu cuestión, Alberto!
Tranquilo, verás cómo vas controlando al 100% los valores de potencia de ambos sistemas y, gracias a ello, creciendo al 100% en tu rendimiento.
Un gran abrazo y… ¡sigamos!
Aloha!