Sentarse al comienzo de cada temporada a conversar con ciclistas que sueñan con continuar incrementando su rendimiento, independientemente de si es para optar a ganar competiciones profesionales por etapas o para disfrutar todavía más de sus cicloturistas, es un momento muy especial.
Cuando fijamos conjuntamente los objetivos que cada uno de ellos quiere conquistar, lo hacemos basando ese proyecto deportivo en un entrenamiento completamente personalizado que se irá desarrollando en base a diez claves que ahora puedes ir conociendo. Apunta porque, tanto si tienes entrenador como si te preparas a ti mismo, estas ideas pueden marcar la diferencia a la hora de alcanzar tu máximo nivel como ciclista.
1- Escucha a tu cuerpo.
Estamos acostumbrados a confiar gran parte de nuestras vidas a cifras, datos, números que nos dicen si todo va por el buen camino. Y si bien una analítica, la cuenta bancaria, la nómina a final de mes, la temperatura ambiente, el número de piezas de fruta a comer en un día o los vatios que hemos generado en un entrenamiento son información que ha de ser cuantificada para poderla gestionar y aprovechar correctamente, es igualmente cierto que ante todo, el deportista ha de conocerse al máximo, ha de saber en todo momento cómo responde su organismo ante cada estímulo, cómo se recupera, qué tipo de sesiones le suponen una exigencia mayor, qué alimentos le ayudan a rendir más en competición o en qué porcentajes de pendiente se encuentra más cómodo pedaleando.
El cuerpo humano es maravilloso y no deja de hablarnos, por ello, escucharlo constantemente es la cuestión principal a partir de la cual se podrá sacar el máximo partido de todos los datos que se obtengan de un potenciómetro o un pulsómetro, dos herramientas que todo ciclista debería de tener.
2- Haz cosas diferentes.
Para lograr nuevas metas, esto es, conseguir lo que todavía no se ha conseguido, hay que recorrer nuevos caminos, hay que trazar diferentes formas de llegar al objetivo. Y es que, si el cuerpo de un deportista evoluciona constantemente, su planificación debe de ir haciéndolo también para poder sacar el máximo rendimiento de los cambios que cualquier persona experimenta temporada tras temporada.
Y de todo lo que habitualmente un ciclista debe de tener en cuenta, hay tres cuestiones que seguramente necesitará cambiar, ya que son las que más suelen quedar en el tintero. Son sencillas de mejorar y al mismo tiempo suponen una mejora directa del rendimiento. A saber: a) dedica el tiempo óptimo a dormir, llegando a hacerlo durante 7-9 horas al día y teniendo en cuenta la calidad del sueño; b) presta atención al TSS de tus sesiones, al que vas acumulando durante cada semana y fase de la temporada y al que caracteriza a tu competición; c) invierte en entrenar la fuerza fuera de la bicicleta, algo que te mejorará como ciclista en particular y como deportista en general.
Estas tres variables serán el tema central de otros artículos en los que las abordaremos de forma más específica.
3- Planifica tu entrenamiento y tu competición.
Se ha demostrado que es mejor tener un plan, por sencillo que sea, que entrenar sin una dirección. Y es que, para llevar al organismo a su máximo nivel el día de la competición, hay que ir estimulándolo de manera correcta con una secuencia de intensidades, volúmenes y descansos que hagan posible que mejore hacia la meta marcada.
Además, una planificación tiene en cuenta los puntos fuertes y los puntos a mejorar del ciclista y los va tratando a lo largo de la temporada para ayudarle a crecer. Si a ello le unimos que siempre es positivo tener la referencia de dónde partimos y a dónde queremos llegar, todavía tenemos más razones para crear un plan al principio del año deportivo.
A entrenar también se aprende y por ello es fundamental tener preparada la ruta que vamos a seguir para saber con antelación qué entrenamos y su finalidad. Cuando un deportista conoce el motivo de lo que está haciendo, lo hace muchísimo mejor.
Y si es importante aprender a entrenar, también lo es aprender a competir. Gracias a la planificación, antes de llegar al día “D” y la hora “H”, el ciclista ya ha experimentado aquello a lo que se enfrentará y su organismo ya conoce en cierta medida qué le supone el Tour de Francia o la Quebrantahuesos, por ejemplo.
Así, planificar supone ir avanzándose a lo que queremos que ocurra, es acercarnos a la garantía de que lograremos lo que deseamos.
4- Mídete: Test.
Si no te mides no te puedes conocer y si no te conoces, no te puedes mejorar. Así de sencillo.
Hacer los test ideales para cada persona al comienzo de una planificación y en base a sus resultados, saber el camino que queda y que hay que recorrer hasta llegar al objetivo marcado, es uno de los primeros pasos para llegar al máximo nivel de un ciclista en cada temporada.
Para ello, para medirte correctamente, es esencial contar con un potenciómetro y un pulsómetro. Esas dos herramientas son fundamentales ya que a partir de los datos que nos aportan, podemos optimizar al máximo cada hora de entrenamiento, podemos sacar el mayor partido de cada kilómetro recorrido.
Y si bien con el potenciómetro y el pulsómetro debemos de ir haciendo test de forma regular durante toda la temporada, es absolutamente aconsejable hacer una prueba de esfuerzo cada año, de manera que el ciclista se asegure de que su organismo está en óptimas condiciones de salud para entrenar y competir.
En la segunda entrega de este artículo te hablaré de las restantes claves para lograr tu máximo nivel como ciclista. Mientras, puedes ir probando con todo lo que aquí te he presentado: ya tienes información para ir a más y para disfrutar más de dar pedales. ¡A por ello!